(cOsAsDiveRTIdAs:233342) * El presupuesto de la Casa del Rey bajará un 2% en 2014,

* El presupuesto de la Casa del Rey bajará un 2% en 2014,
hasta los 7,77 millones
 
El presupuesto de la Casa del Rey para 2014 bajará un 2% con respecto al año anterior, según ha propuesto el Gobierno en su proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE), que ha llegado hoy al Congreso de los Diputados.
 
Así, el dinero que el Estado transferirá el año próximo a la Casa del Rey ascenderá a 7.775.040 millones de euros, frente a los 7,93 millones de euros del ejercicio anterior. Es decir, 158.670 euros menos. Este es el cuarto año consecutivo en que se propone rebajar la partida destinada a la Casa de Su Majestad, que en 2010 ya se había congelado en los 8,9 millones de euros.
 
En 2011, el presupuesto de la Casa se recortó un 5,2%; en 2012, un 2% y el año pasado un 4%. 2013 fue el primer ejercicio en que el presupuesto de la Casa se situó en una cantidad inferior a la que venía recibiendo desde 2006, que superaba siempre los ocho millones de euros.
Esta partida que cada año los PGE asignan a la Casa del Rey --el organismo que sirve de apoyo al monarca en todas aquellas funciones derivadas de su condición de jefe de Estado-- tiene por fin servir al "sostenimiento" de la Familia y la Casa del Rey y es el monarca el encargado de distribuir "libremente" esta cantidad, según establece el artículo 65.1 de la Constitución.
 
No obstante, en los PGE existen otras partidas que también contribuyen al mantenimiento de la institución pero que asumen diferentes departamentos ministeriales.
 
De la partida que recibe y distribuye el Rey, Don Juan Carlos calcula su sueldo tomando como base su declaración de la renta correspondiente a 1987, a la que aplica el aumento, descenso o congelación que establecen anualmente los PGE para las retribuciones de los altos cargos del sector público. En 2013 Don Juan Carlos tuvo un sueldo de 292.752 euros brutos al año y el Príncipe, exactamente la mitad, 146.375,50 euros.
 
        
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
  
 
 

* Lady Di estará en el bautizo de su nieto
 
"Su alteza el Duque y la Duquesa de Cambridge se complacen en anunciar el bautizo del Príncipe George, que se llevará a cabo el miércoles 23 de octubre en la Capilla real del Palacio de Saint James. El príncipe George será bautizado por el Arzobispo de Canterbury, Justin Welby".
 
Con este comunicado la casa real británica ha anunciado oficialmente el bautizo del primogénito de Kate Middleton  y el príncipe William. Se da la circunstancia de que la Capilla donde se oficiará el bautismo es también el lugar en el que yacen los restos de Lady Di. Por ello, de alguna forma, Lady Di  estará en el bautizo de su nieto. Además, en esta Capilla Real hay también una reliquia muy importante.
 
 Allí se guarda desde hace 172 años la llamada fuente de Lyli. Fuente que contiene agua del río Jordán. Siguiendo la tradición, con agua de este río será bautizado el pequeño George. Y como príncipe que es, cumplirá también otras tradiciones. Sin lugar a dudas, el bebé Real lucirá un traje de seda que fue confeccionado para el Rey Eduardo VII, hijo de la Reina Victoria.
 
Parece que los padres de la criatura Real quieren que la ceremonia sea bastante íntima. Ya sabemos que, en asuntos de Casas Reales, por "ceremonia íntima" se entiende, la reunión de, al menos, 50 personas. Pero no muchas más. Y teniendo en cuenta que, el bebé George va a tener doce padrinos, efectivamente quedan pocos asientos más para familiares y amigos.
 
Hay que pensar que a finales de octubre por aquellas costas británicas ya hace bastante frío y oscurece temprano. Por eso, aunque no se ha hecho oficial la hora del evento, todo apunta a que será a media mañana para aprovechar al máximo el sol que quizá pudiera lucir ese día. Después tendrá lugar lo que será una elegante recepción, pero aún se desconoce el lugar del ágape. Habrá que esperar al día 23 para ver las instantáneas del evento. Y, sobre todo, para ver el modelito, o modelazo, que se pone Kate para el bautizo de su hijo. Modelito, o modelazo, que se convertirá, sin duda, en el atuendo más copiado en los próximos bautizos de toda Europa. De quien se lo pueda permitir, claro.
 
 
 
        
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
  
 
 

 

Los hiperrealistas animales de tinta de Tim Jeffs

Estos perfeccionistas dibujos han sido realizados por el pintor Tim Jeffs (EEUU). 

Sus obras reflejan a los animales en blanco y negro, con un hiperrealismo que recoge hasta el último detalle. Este excelente dibujante, con una técnica totalmente personal, vive obsesionado con conseguir la tinta perfecta. 

Tim Jeffs experimenta continuamente con diferentes plumas, tintas, bolígrafos, y técnicas de lavado y secado; siempre buscando esa tinta idealizada. 

Él cree que no la ha encontrado, nosotros viendo la calidad de estos dibujos creemos que es con la que trabaja todos los días. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Si os han gustado estos dibujos os recomendamos visitar el blog de Tim Jeffs donde encontrareis muchas más sorpresas y detalles sobre su técnica de trabajo.

 







 

¿Stanislav Petrov: el hombre que salvó al mundo de un desastre nuclear?


Hace treinta años, el 26 de septiembre de 1983, el mundo se salvó de un posible desastre nuclear.

En las primeras horas de la mañana, los sistemas de alerta temprana de la Unión Soviética detectaron un ataque con misiles desde EE.UU.. Los reportes de la computadora sugerían que varios misiles nucleares habían sido lanzados. El protocolo para el ejército soviético habría sido tomar represalias con un ataque nuclear.

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Pero el oficial de guardia Stanislav Petrov -cuyo trabajo era registrar aparentes lanzamientos de misiles enemigos- decidió no informar a sus superiores y en su lugar los descartó como una falsa alarma.

Esto fue una violación de sus tareas, una negligencia en el cumplimiento del deber. Lo más seguro habría sido pasar la responsabilidad, referirlo a un superior.
Pero su decisión puede que haya salvado al mundo.

"Tenía todos los datos (para sugerir que había un ataque con misiles en curso). Si hubiera enviado mi informe a la cadena de mando, nadie habría dicho nada en contra", explicó al servicio ruso de la BBC, 30 años después de ese turno de noche.

Petrov -que se retiró con el rango de teniente coronel y ahora vive en un pequeño pueblo cerca de Moscú- era parte de un equipo bien entrenado que servía a una de las bases de alerta temprana de la Unión Soviética, no lejos de Moscú. Su entrenamiento era riguroso, sus instrucciones muy claras.

"No pude moverme"

Su trabajo consistía en registrar los ataques con misiles e informar de ellos a la cúpula militar y política soviética. En el clima político de 1983, un ataque en represalia habría sido casi seguro.

Y, sin embargo, cuando llegó el momento, asegura que casi se congeló en su lugar.
"La sirena aulló, pero me senté allí durante unos segundos, mirando a la pantalla roja, grande, retroiluminada con la palabra 'lanzamiento' brillando en ella", dice.

El sistema le decía que el nivel de fiabilidad de dicha descripción era el "más alto". No podía haber ninguna duda. Estados Unidos había lanzado un misil.
"No había ninguna regla sobre cuánto tiempo se nos permitía pensar antes de informar de un ataque..." (Stanislav Petrov, ex agente soviético)

"Un minuto más tarde la sirena sonó de nuevo. El segundo misil había sido lanzado. Entonces la tercera y la cuarta y la quinta. Las computadoras cambiaron de alertas de "lanzamiento" a "ataque con misil"", dice.

Petrov fuma cigarrillos rusos baratos mientras narra los incidentes con los que debe haber jugado un sinnúmero de veces en su mente.

"No había ninguna regla sobre cuánto tiempo se nos permitía pensar antes de informar de un ataque, pero sabíamos que cada segundo de retraso se llevaba un tiempo muy valioso. El liderazgo militar y político de la Unión Soviética necesitaba ser informado sin demora".

"Todo lo que tenía que hacer era alcanzar el teléfono para llamar por la línea directa a nuestros altos mandos, pero yo no pude moverme. Me sentí como si estuviera sentado en una sartén caliente", nos dijo.

Aunque la naturaleza de la alerta parecía muy clara, Petrov tenía algunas dudas.

Además de especialistas de informática, como él, la Unión Soviética tenía otros expertos también observando las fuerzas de misiles de EE.UU.. Un grupo de operadores de radar por satélite le dijo que no habían registrado ningún misil.

Pero esas personas eran sólo un servicio de apoyo. El protocolo decía, muy claramente, que la decisión tenía que ser sobre la base de las lecturas de la computadora. Y esa decisión correspondía a él, el oficial de guardia.

Pero lo que lo hizo sospechoso fue lo fuerte y clara que era la alerta.

"Había 28 ó 29 niveles de seguridad. Después de que el objetivo era identificado, tenía que pasar todos esos "puntos de control". Yo no estaba muy seguro de que eso fuera posible, bajo esas circunstancias", dice el oficial retirado.

Petrov llamó al oficial de guardia en el cuartel general del ejército soviético y reportó una falla en el sistema.

Si se equivocaba, las primeras explosiones nucleares habrían ocurrido minutos más tarde.

"Veintitrés minutos más tarde me di cuenta de que no había pasado nada. Si hubiera habido un ataque real, entonces yo lo hubiera sabido. Fue un gran alivio", dice con una sonrisa.

"Suerte que fuera yo"


El protocolo soviético indicaba que los militares debía responder a un ataque nuclear con otro.

Ahora, 30 años después, Petrov cree que las posibilidades eran 50-50. Él admite que nunca estuvo completamente seguro de que la alerta era falsa.

Dice que era el único oficial de su equipo que había recibido una educación civil. "Mis compañeros eran soldados profesionales, se les enseñó a dar y obedecer órdenes", contó.

Por lo tanto, en su opinión, si alguien más hubiera estado en el turno, la alarma se habría lanzado.

Pocos días después, Petrov recibió una reprimenda oficial por lo que pasó esa noche. No por lo que hizo, sino por los errores en la bitácora.

Se mantuvo en silencio durante 10 años. "Pensé que era una vergüenza para el ejército soviético que nuestro sistema fallara de esa manera", dice.

Pero, tras el colapso de la Unión Soviética, la historia llegó a los medios. Petrov recibió varios premios internacionales.

Pero él no piensa en sí mismo como un héroe.

"Ese era mi trabajo", dice. "Pero ellos tuvieron la suerte de que fuera yo el del turno de la noche".

 








 

Tres nuevos métodos anticonceptivos que deberías conocer



Durante los últimos 30 años se han producido notables progresos en el desarrollo de nuevas tecnologías anticonceptivas, incluyendo las transiciones de altas dosis a bajas dosis en anticonceptivos orales combinados, o de DIUs inertes a dispositivos de cobre y DIUs liberadores de levonorgestrel. Además, se han introducido los anticonceptivos inyectables combinados, los parches... Y todo apunta a que se avecina la era de los anticonceptivos duraderos y reversibles. Estos son algunos de los más novedosos:

1. Bajo la piel. Recientemente se ha empezado a comercializar un anticonceptivo subcutáneo femenino, consistente en una varilla suave y flexible que se implanta bajo la piel en el brazo y dura tres años. Libera de forma controlada etonogestrel, que inhibe la ovulación y garantiza así una anticoncepción segura.

2. Oro anticonceptivo. Biólogos de la Universidad de Anhui, en China, han desarollado nanopiezas de oro puro que podrían convertirse en anticonceptivos masculinos duraderos a la vez que reversibles. Para poner a prueba su eficacia, los científicos inyectaron en los testículos de ratones machos nanopartículas de oro puro y dispararon un láser infrarrojo sobre ellas para calentarlas a la temperatura exacta en que pueden matar a los espermatozoides sin afectar otros tejidos. De este modo, aplicando periódicamente el láser, es posible controlar la reserva de espermatozoides con suficiente precisión como para que los sujetos puedan ser padres en cualquier momento, ya que los efectos son reversibles.

3. Inmovilizar al esperma. Investigadores de la Universidad Autónoma de México han desarrollado un anticonceptivo masculino reversible, no hormonal, que promete no generar efectos secundarios. La estrategia consiste en suprimir los canales iónicos CatSper y Slo3, que regulan la movilidad de los espermatozoides hacia el óvulo femenino. De momento, pruebas experimentales en ratones probaron que individuos sin ambos canales iónicos son infértiles.

 







 

Su médico, abogado y profesor serán robots
Warwick Harrington


"Si en el siglo pasado la tecnología remplazó a los músculos, en este siglo remplazará al cerebro".

Ese es el futuro próximo que vislumbra Rohan Silva, experto en tecnología que hasta hace poco asesoró al gobierno británico para tornar en realidades posibilidades como la ahora notoria Tech City, el "Silicon Valley" del este de Londres.

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A la BBC le explicó qué le hace vaticinar que todo está cambiando para profesiones que hasta hace poco no se veían amenazadas por las máquinas.

El reto de esta generación

Mientras que millones de empleos del sector de la manufactura desaparecieron durante el siglo XX, las expectativas de la clase media seguían siendo el poder comprar una casa, tener trabajo y un nivel de vida que mejorara gradualmente con el tiempo.

Sin embargo, en Reino Unido por ejemplo, los salarios de la clase media -que ha sido la base de la vida británica por cientos de años- en los últimos cinco se han reducido en 10%.

La opinión ortodoxa es que el declive del nivel de vida de la clase media se debe a la crisis financiera y que apenas se recupere la economía, todo retornará a la normalidad.

Pero, ¿qué pasa si esa creencia generalizada es errada? ¿Si la verdad es que los empleos de la clase media están desapareciendo para siempre?

La economía finalmente se está expandiendo pero la clase media no lo está sintiendo. Hay generación de riqueza pero se queda en manos de quienes ya percibían los mayores ingresos. En el medio, la creación de empleo está paralizada y los ingresos están estancados. Algunos piensan que la clase media se está muriendo.

En riesgo

Hace tiempo nos acostumbrados a la idea de que la tecnología remplazó a los trabajos manuales, como los de las fábricas.


A medida que la medicina se automatiza, se necesitan menos seres humanos en el sector.

Ahora, hay quienes creen que estamos en la cúspide de una revolución tecnológica que implicará que programas de computador harán los "trabajos de cuello blanco", en campos como la administración, contaduría, medicina y el derecho.

El economista Tyler Cowan ha llamado la atención sobre ese desvanecimiento de las profesiones de la clase media.

Cowan es probablemente el economista más relevante del momento pues ha analizado el impacto económico que la tecnología está teniendo en los puestos de trabajo y en los salarios.
En su opinión, la automatización de los empleos hasta su extinción está beneficiando a la clase alta pero empobreciendo a la clase media.
"Lo que hemos observado en las economías occidentales durante los últimos 40 años es que la automatización ha remplazado más y más empleos en el sector manufacturero. Y eso continuará. Cada año, las computadoras son más rápidas y la calidad del software mejora así que más tareas pueden ser hechas mejor y más barato por ellas".

Pero, ¿cuáles profesiones se ven más amenazadas por la avanzada de la tecnología?

"Los abogados, profesores o periodistas... su trabajo se puede automatizar en cierta medida, y esa medida crece cada vez más. Por ejemplo, ya es posible calificar exámenes en prosa con computadores y lo hacen bastante bien", señala el economista.

"No es que el cargo va a desaparecer completamente sino que el trabajo cambiará y posiblemente se necesitarán menos seres humanos en el proceso".

"Así, incluso en los servicios legales, uno pensaría que un robot no podría ser un abogado y eso es cierto, pero las búsquedas computarizadas están haciendo el trabajo que solían hacer los abogados asistentes. Incluso en diagnóstico médico. Estamos a 2 o 3 años de tener el programa de inteligencia artificial llamado Watson que lo hará mejor que virtualmente todos los doctores", le cuenta Cowan a la BBC.

Lo que no hacen las máquinas

La economía está creando nuevos cargos con altos salarios en los sectores comercial, de informática y financiero, pero no muchos.
En términos de creación de empleos, la mayoría -4 de cada 5- son de los que pagan poco y no ofrecen contrato fijo.


Para no perder la carrera al futuro, hay que moverse con confianza en el mundo de la inteligencia artificial.

Según Cowan, el aumento de oferta de empleo en la parte inferior de la escala de ingresos se debe a que hay ciertas tareas que la tecnología sencillamente no puede remplazar... todavía.

"Piense en el sector de servicios, la persona que lo recibe cuando llega a un restaurante, aquellas que le asisten con cosas pequeñas en las grandes tiendas de departamentos, en los supermercados. Quizás su teléfono inteligente puede ayudarle pero esos empleos seguirán proliferando".

El economista vaticina que la desigualdad aumentará, que "habrá más gente de clase media baja a la que le quedará difícil pagar algunas de las necesidades básicas y eso es un problema. Creo que tendremos un gran boom tecnológico pero la ganancia será distribuida inequitativamente".

El desafío entonces es evitar que aumente la clase marginal permanente alimentándola con gente que percibe salarios demasiado bajos.

"No es que no habrá empleo para los seres humanos, sino que los nuevos empleos del futuro girarán alrededor de una cuestión: ¿puede trabajar bien con estas máquinas? Y si esa es un área que no maneja, este es el momento de entrenarse", aconseja Cowan.

"Si uno estudia inteligencia artificial y aprendizaje automático, y se involucra con el proceso de hacer más productivas a las computadoras y hacer que las computadoras lo hagan a uno más productivo, en el futuro probablemente ganará mucho dinero y estará en gran demanda".

Hay que actuar

Si la tecnología está haciendo desaparecer los empleos de la clase media y conduciendo a la desigualdad generalizada de ingresos, este es el principal reto principal de esta generación.

La manera en la que respondamos potencialmente marcará a la política económica global en las próximas décadas.

Hay pioneros.
Países como Singapur ya rediseñaron su sistema educativo para crear más puestos de trabajo de alto valor en campos lucrativos como software, ciencias de la vida y la robótica.

Si hacemos las cosas bien, podemos terminar con más riqueza y oportunidades.
Si no lo hacemos, no es sólo la clase media la que va a sufrir… sufriremos todos.

 










Anita, de seis años, vuelve a su casa de la escuela. Había tenido su primera clase de planificación familiar.
Su madre, muy interesada le pregunta:

- ¿Cómo te fue?

- Me morí de vergüenza! -responde.

- ¿Por qué? -preguntó su madre.

Anita le dijo:
- Juancito, el de la otra cuadra, dijo que a los niños los trae la cigüeña.
- José Luis, el de la librería, dijo que los niños vienen de París.
- Cristina, la de acá al lado, dijo que a los niños los podes comprar en un orfanato y Cacho dijo que los podés comprar en los hospitales”
- Pablito dijo que nació de probeta, y Giulio dijo que nació de un vientre alquilado”


Su madre le contestó sonriendo:
- “Pero eso no es motivo para sentirse avergonzada".


- “No, ya sé, pero no pude decirles que nosotros somos tan pobres, que tú y papá tuvieron que hacerme ustedes mismos...”

 














 

Fraseo k
El diccionario que define al kirchnerismo
http://www.lanacion.com.ar/1624439
por Marcos Aguinis

Los argentinos venimos pensándonos con asombrosa intensidad. Los artículos y ensayos que se esmeran en describir conflictos, enigmas y sorpresas son copiosos. Algunos de esos trabajos deslumbran. Pretenden encontrar explicaciones de lo inexplicable. Algunos siguen insistiendo en el progreso de nuestra nación y otros en su espantosa decadencia. Pero todos contribuyen a mantenernos entretenidos. En la última década -que el oficialismo califica sin tartamudeos de "ganada"-, se han producido hechos, conductas, estigmas y contradicciones que le confieren una especial coloratura. Cada década tiene lo suyo, es verdad, pero la que ahora culmina goza de rasgos desopilantes.

Como ayuda para entenderla puede recurrirse al flamante
 libro de Pablo Mendelevich, titulado El relato kirchnerista en 200 expresiones. Se trata de un original diccionario con referencias agudas, documentadas y hasta humorísticas que pintan un fresco grandioso de esta década, a la que no hesito en proclamar como burda.

Los "aplaudidores", por ejemplo, son quienes teatralizan patéticamente la sumisión acrítica. Pocas similitudes pueden encontrarse fuera de brutales dictaduras. Estos individuos son convocados para exhibirse como una claque en las presentaciones públicas de la Presidente. Constituyen parte fundamental de la puesta -aclara el autor-, porque se presentan a la vista de todo el país, junto a la líder, pero más abajo que ella, mostrando un regocijo que les produce no estar habilitados en ese momento, ni antes ni después, a otra cosa que escucharla, aplaudirla y celebrar sus descalificaciones, chistes o reprimendas a terceros como simples marionetas. La mayoría de ellos son funcionarios públicos o personalidades de alto nivel cuidadosamente seleccionados. Horas antes, pero sin demasiada antelación, cada uno recibe un llamado de la Presidencia para informarle el lugar, salón y hora. Los potenciales participantes, incluidos empresarios, actores, banqueros, sindicalistas e invitados especiales, saben que no deben excusarse o anteponer otros compromisos, porque nada hay más importante en este tiempo de la Argentina que aplaudir a la Presidente. Su ausencia, además, puede acarrear una sanción inolvidable.

Mendelevich añade -sigo su impecable texto- que se inyecta adrenalina a cada ocasión porque rara vez los convocados conocen el motivo del acto al que van. Su misión es sentarse y aplaudir, festejar a la Presidente, hacerla sentirse una diosa. A razón de cuatro o cinco por semana (a veces son dos y hasta tres en el mismo día), los actos presidenciales se ajustan a una prolija organización, que no sólo prevé la selección de cada asistente, sino su ubicación dentro del salón. Aunque no reciben indicaciones previas de cuándo golpear las palmas, el fraseo de la oradora funciona como marcador. Cuando CFK enfatiza ciertas palabras o una cifra o porcentaje, aplica un rallentando: significa que lo que dijo merece descerrajar un aplauso intenso. Ella retomará el hilo repitiendo tres veces el comienzo de la siguiente oración, como si quisiera que el auditorio volviera a guardar silencio, pero no debe cometerse entonces el error de abreviar el aplauso en curso: la Presidente necesita superponer su voz con el aplauso porque su propio silencio la incomoda.

Si ella hace un chiste o simplemente descalifica a alguien en forma sarcástica o mordaz -ya sea un ministro o el empleado de una inmobiliaria, o incluso alguien presente-, se espera que los aplaudidores rían de buena gana. Ocasionalmente pueden sonreír con gesto aprobatorio en la parte amesetada del discurso, cuando no aplauden ni ríen, y gesticular diciendo que sí con la cabeza, pero eso exige prestar atención al contenido para evitar que la algarabía aparezca superpuesta con una frase en la que la oradora expresa solidaridad con las víctimas de una tragedia en África (con las tragedias locales no hay riesgo porque, salvo que el Estado haya sido ajeno, lo que nunca sucede, ella evita toda mención). Ya se sabe que en el momento en el que la Presidente quiebra la voz para recordarlo a Él corresponde un aplauso fervoroso, de máxima potencia, mantener el rostro compungido y los labios apretados hacia dentro.

También Isabel Perón disponía de aplaudidores grotescos que celebraban con frenesí sus oraciones sueltas de almibarada puerilidad. Con CFK, sin embargo, esta fauna adquirió escala industrial como mecanismo disciplinador. Representa la obediencia ciega e indigna que funciona, paradójicamente, en una democracia. Y que daría vergüenza en otra parte.

Como expresión recurrente de la política argentina, Mendelevich dedica unos sabrosos párrafos a la frase: "No sabía nada". Merece una exacta reproducción que ofrezco de inmediato.
Eduardo Duhalde no sabía cómo era Néstor Kirchner, a quien llevó a la presidencia; dice que si hubiera sabido no lo recomendaba.
Gustavo Béliz, primer echado del Gobierno, no sabía que Néstor Kirchner era un maltratador y que no le interesaba reformar el fuero federal, pero así lo denunció cuando dejó de ser ministro de Justicia.
Alberto Fernández no sabía que CFK, a quien él promocionó para la presidencia como un cuadro político extraordinario, haría -según él- lo contrario de todo lo bueno que hizo NK.
Eugenio Zaffaroni no sabía que en sus departamentos funcionaban puticlubs...
La lista es interminable, pero por lo menos tiene una abanderada, Hebe de Bonafini: ella no sabía nada de lo que hacían los Schoklender, no sabía nada de la mafia de los medicamentos y tampoco sabía nada del trabajo pastoral de Jorge Bergoglio. Ser incauta puede alcanzar extremos como el de darles el manejo de los negocios de la Fundación Madres de Plaza de Mayo a dos muchachos con muy buenos antecedentes (así como el Gobierno dio el manejo de fondos millonarios a unas ancianas sin experiencia inmobiliaria ni financiera), o el tomar la Catedral y usar el altar de baño, según la propia Bonafini contó. Y sin saber que su titular, el Cardenal Jorge Bergoglio, apoyaba a los curas villeros, cosa que en el mundo binario y elemental de Bonafini alcanza para ponerlo súbitamente del lado de los buenos.

En esta década burda, una burda creatividad ha impuesto expresiones como vamos por todo, destituyente, concertación plural, borocotización, rulos, "fondos buitre", It's too much, la corpo, transversalidad, candidaturas testimoniales, avanti morocha, bloguero K, medios hegemónicos, Nac & Pop, narcosocialismo, orgullito, todos y todas.
Pero tiene una fuerza peculiar la expresión Nunca menos. Mendelevich la califica de eslogan que profana la frase Nunca más. El concepto completo es "nunca menos, ni un paso atrás". En la segunda parte, vibra la conocida exclamación revolucionaria. Pero el problema es que en la Argentina, se supone, no hay una revolución, sino una democracia.
El kirchnerismo -sigue el autor- entiende este eslogan, inspirador de un candombe que hizo cumbre en Fútbol para todos, dentro de su anhelo de perpetuación. Un dirigente de La Cámpora explicó: "Lo logrado en estos ocho años es un piso, no un techo, y no podemos perder a manos de los enemigos del proyecto". Como el kirchnerismo incluye en la categoría enemigos del proyecto a los disidentes, el enunciado nunca menos rechaza la hipótesis de un cambio de los humores del electorado y siembra dudas sobre la aceptación de una futura alternancia.

Néstor Kirchner ya ofreció una muestra de la interpretación práctica del nunca menos en 2009, cuando perdió las elecciones del 28 de junio. El Gobierno negó haber sufrido la derrota y utilizó el Congreso saliente, antes del recambio del 10 de diciembre, para aprobar de apuro una serie de leyes importantes, como la ley de medios. Esa estrategia sugirió que ni aun la voluntad popular, que le había quitado al oficialismo el control de Diputados y había creado una virtual paridad de fuerzas en el Senado, inhibe la tendencia kirchnerista a imponer su estilo y sus ideas.

Entre lágrimas, risas y perplejidad, el repaso de esas 200 expresiones equivale a la puesta en escena de uno de los períodos más patéticos de nuestra historia.